EL ESPÍA EN EL JUZGADO

El otro día estaba aburrido y me dije, voy a subir al Juzgado a molestar un poco a los funcionarios. Me inventé un nombre para un falso cliente -nombre que casualmente coincidía con el de una persona que era parte en varios procedimientos en el Juzgado que elegí-, y falsifiqué una copia literal original de un poder para pleitos otorgado a mi favor por esa persona.