ESTRATEGIA PROCESAL

La corrupción política en España se está destapando a un nivel nunca antes conocido, lo que provoca indignación en la ciudadanía, mayor en estos tiempos de crisis económica. Sin embargo, cuando veo las noticias, no puedo evitar pensar que incluso lo políticos tienen derecho a la defensa y a la presunción de inocencia. Y que probablemente muchos de los imputados serán acusados y condenados. Pero seguro que no todos son autores de todos los delitos que inicialmente se les imputan, lo que da mayor valor a la defensa letrada de esos imputados porque, quizá, en el subconsciente de todos, incluidos los jueces, la presunción de inocencia de los implicados en esos escándalos pierde algo de fuerza. No es fácil defender a un político acusado de corrupción. Parece que para que sea absuelto hay que ir más allá de la inexistencia de prueba de cargo suficiente para condenarle.

Una adecuada defensa entiendo que debe incluir una buena estrategia procesal. Para mí el proceso penal es como un juego, una especie de partida de ajedrez cuyas figuras son pruebas. Y muchas veces es muy importante hacer uso del derecho a no declarar del acusado.

El primer gran juicio por corrupción en España, contra decenas de acusados, fue el famoso caso Malaya. Hasta se han escrito libros y la sentencia puede encontrarse en la red sin dificultad. Al margen de opiniones personales, desde un punto de vista profesional fue una experiencia muy enriquecedora participar como abogado defensor en ese juicio, único en la historia judicial española. El procedimiento penal extraordinario, por varias razones. Y disfruté y aprendí mucho en él oyendo a mis compañeros. La Sala por su parte estuvo impecable en la organización y desarrollo de la vista y en el trato a las partes y a sus letrados, con independencia de lo que cada cual pueda opinar sobre los pronunciamientos de la resolución definitiva.

La voluminosa sentencia es pública. No revelo ningún secreto con este comentario. Uno de los bloques o partes del objeto del juicio, fue la acusación de cohecho contra un elevado número de ex concejales y funcionarios, por percibir dinero del acusado principal del juicio. Mi cliente, afortunadamente, era inocente del delito que se le imputaba. Gracias al trabajo y una buena estrategia conseguimos que la Sala así lo apreciara. Fue el único ex concejal absuelto. Y, como consta en la propia sentencia, fue muy importante para su absolución la estrategia consistente en defenderse solo de las cuatro percepciones de dinero concretas de las que se le acusaba. No existiendo prueba de la percepción de sobres con dinero, no había por qué justificar nada más. Solo el delito de cohecho por la percepción concreta de cuatro cantidades en fechas concretas.

Ello me hace creer cada vez más en la idea de que en el proceso penal, como en casi todo, es muy importante trabajar, estudiar y pensar. Y hacer uso de las armas que la ley pone a nuestra disposición. Entre ellas el derecho a no declarar, que, pese a los diversos peligros que le acechan, cuyo ejercicio no puede redundar en ningún en ningún perjuicio para el imputado/acusado. Como dice el refrán, uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencias, y muchos condenados se arrepienten de haber hablado más de la cuenta, sobre todo cuando intentan evitar la prisión provisional cantando y no lo consiguen, perjudicando seriamente la defensa en el juicio oral.